La Fiscalía de Descarga de Homicidio, representada por la fiscal superior Geomara Guerra Miranda, continúa con la búsqueda de un hombre de origen libanés, imputado en la investigación relacionada con la explosión del vuelo 901 de Alas Chiricanas, ocurrido hace exactamente 30 años, el 19 de julio de 1994, en Santa Isabel, provincia de Colón, que dejó un saldo de 21 personas muertas: 3 tripulantes y 18 pasajeros.
Las investigaciones permanecen activas luego de su reapertura en el año 2017 a solicitud de la Fiscalía Superior de Descarga, por información surtida por el Estado de Israel que, a través de los conductos correspondientes se hizo llegar a la Procuraduría General de la Nación que, posteriormente eleva solicitud al Tribunal Superior de Liquidación de Causas Penales. “La reapertura se fundamenta en la caracterización convencional de este delito como terrorismo, y su naturaleza jurídica de lesa humanidad”, de acuerdo a lo explicado por la Fiscal Superior.
Con el aporte a las investigaciones del FBI y el Estado de Israel, se ha podido determinar que el terrorista suicida se identificaba con el nombre de Ali Hawa Jamal, el mismo que viajaba en ese vuelo con el radio que contenía el explosivo y que causó la destrucción de la aeronave que se encontraba en pleno vuelo. Entre las víctimas estaban 4 panameños, 3 estadounidenses y los demás comerciantes hebreos que viajaban desde la Zona Libre de Colón hacia la ciudad de Panamá.
El hombre que llevaba el explosivo, había viajado al menos ocho veces en una semana, entre las ciudades de Colón y Panamá en los días previos al atentado, siempre con pasaportes falsos, de quien no se pudo recoger antecedentes de vida porque «no conocía a nadie”, no hablaba inglés, ni español. Según la descripción era un hombre de cabello negro, 1.80m de estatura.
De acuerdo con información procedente de Israel, este atentado tuvo como génesis la muerte del secretario general del grupo Hezbolá en esos días.
La fiscal Guerra indicó que luego de revaluar los elementos probatorios, ha surgido la vinculación de otra persona que nació en Colombia, de origen libanés, que ya había sido mencionado por los Israelitas como uno de los sospechosos, quien tenía contacto con el grupo terrorista Hezbolá, relacionado también a los hechos ocurridos en Argentina un día antes que ocurriera la explosión de un coche bomba, donde fallecieron 85 personas en la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA).
Además, se pudo examinar que esta persona tuvo comunicación con Ali Hawa Jamal, y que el radio que contenía el explosivo pudo ser manipulado mediante un control desde tierra.
El caso se trabaja con la colaboración del FBI y los brazos auxiliares de la sección de Crimen Organizado y Terrorismo de la Dirección de Investigación Judicial (DIJ).
La Fiscal señaló que se realizó recientemente una inspección al lugar de los hechos en cerro San Rita, en Colón, acompañados de agentes de la DIJ, de la Unidad Táctica de Operaciones Antidroga de la Policía Nacional, personal de Criminalística del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses y un guía del Ministerio de Ambiente. Se pudo entrevistar a una persona que residía en este lugar, de difícil acceso, que era muy niño cuando se dieron los hechos pero que “jamás olvidará el ruido del estruendo de la explosión del avión, así como los cadáveres de las personas que cayeron desde los aires y partes del avión”, según relato a la Fiscalía.
Es importante agregar que la fiscal Geomara Guerra Miranda, recibió invitación del Departamento de Justicia de los Estados Unidos, y participó en un simposio realizado del 24 al 28 de junio del 2024, en Bogotá, Colombia, de empoderamiento para mujeres que trabajan en la lucha contra el terrorismo, en cuanto a prevención y contrarrestar este delito que tanto daño causa a la sociedad, y personas inocentes, por tratarse un hecho que produce terror en el ánimo y en la vida de las personas, que altera la paz y el orden jurídico.