A solicitud de la Sección Tercera de Delitos contra el Patrimonio Económico de la Fiscalía Metropolitana se decretó la detención provisional para 2 personas de nacionalidad colombiana, imputadas por los delitos de estafa agravada, fe pública (falsificación de monedas), hurto agravado y asociación Ilícita, en distintas audiencias ante Juzgados de Garantías.
Los fiscales Enrique Calderón Caballero y Cristian Arjona, presentaron los elementos de convicción e indicios que acreditaron los hechos investigados, la individualización de los imputados y riesgos procesales; de igual manera, la legalización de la aprehensión, formulación de imputación y medidas cautelares, todas admitidas por los jueces de garantías.
Los imputados fueron aprehendidos en diligencias de allanamientos realizadas por la Fiscalía en conjunto con la Policía Nacional, el pasado 21 de noviembre de 2024, en el corregimiento de Betania, en la Operación denominada Business, por investigación donde ambas personas se relacionan a denuncias de estafas, cuyo monto de la lesión patrimonial asciende aproximadamente a 110 mil balboas y en la diligencia se decomisó como indicios, la suma de B/. 1,895.00, 12 teléfonos celulares, cuatro computadoras portátiles, seis tarjetas de crédito y varios documentos.
Los individuos aprehendidos habían establecido previamente varias reuniones con sus víctimas, todas ellas relacionadas con la compra y venta de criptomonedas o monedas virtuales. Durante estos encuentros, los estafadores buscaban crear una falsa sensación de confianza, permitiendo que las transacciones parecieran legítimas, con el tiempo, las víctimas comenzaron a sentirse seguras, lo que facilitó que aceptaran una reunión final para concretar el negocio.
Sin embargo, en el momento de la reunión definitiva, los delincuentes ponían en práctica su plan para estafar a las víctimas, en algunos casos, presentaban dinero falso como pago por las criptomonedas, dejando a las víctimas sin recibir el dinero prometido. En otras ocasiones, los estafadores aprovechaban su destreza para despojar a las víctimas de su dinero de manera rápida y sigilosa, sin llevar a cabo las transacciones de las monedas virtuales acordadas.
De esta manera, los estafadores no solo lograban engañar a sus víctimas, sino que también las dejaban sin el producto que se había prometido, perjudicándolas tanto económicamente como emocionalmente. Se pudo corroborar que no solo estafaban, sino que cometían hurtos, robos y delitos contra la fe pública.