Confirman pena máxima de 50 años de prisión para un hombre por delitos de violación sexual, actos libidinosos y corrupción de menores
agosto 31, 2024

La Sección de Juicio Oral de la Fiscalía Regional de San Miguelito en audiencia de Juicio Oral, logró que el Tribunal Superior de Apelaciones confirmara la pena máxima de 50 años de prisión para un ciudadano por los delitos de violación sexual, actos libidinosos y corrupción de menores en perjuicio de tres niñas.

La defensa del sentenciado de 56 años de edad había solicitado que se anulada la sentencia condenatoria lo que fue rechazado por el Tribunal al existir un amplio caudal de medios probatorios expuestos por el fiscal Adonis Marquínez que acreditan la responsabilidad penal del sentenciado.

En este proceso, el sentenciado fue condenado por dos causas judiciales distintas, que fueron acumuladas, cuyos resultados arrojaron una penalidad de 44 y 28 años de prisión por cada una de ellas, haciendo un total de 72 años de prisión como pena principal; sin embargo, al existir limitante del quantum máximo, el Tribunal impuso la pena de 50 años de prisión.

El primer hecho ocurrió en el 2010, en el corregimiento José Domingo Espinar, cuando el sentenciado quien también es padrino de la víctima, alquiló un cuarto en la casa donde esta residía, ya que era el mejor amigo del tío de la menor, lugar donde perpetró los delitos de corrupción de menores, actos libidinosos y violación sexual desde que la niña tenía 5 años, hasta cumplir los 8 años de edad.

Mientras el segundo hecho, ocurrió para el año 2016, cuando el sentenciado aun residiendo en el mismo lugar del primer hecho, se aprovechó de la confianza que le otorgó la vecina de al lado, quien tenía dos hijas pequeñas, a quien el acusado enviaba a la tienda en diferentes oportunidades y luego les decía que le tenían que pagar lo que él les compraba dejándose tocar, cometiendo los mismos actos del primer hecho, en contra de ambas niñas.

Los hechos fueron denunciados en el 2021, cuando la primera víctima le contó a su madre que había sido víctima del acusado, la, cual muy enojada va al día siguiente a la casa del acusado a reclamarle, y es ahí donde la vecina presenció estos hechos y sus hijas entonces tuvieron la valentía de contar lo que les había ocurrido con este señor.

Cabe destacar que ninguna de las menores se había atrevido a hablar, por el temor a las amenazas de muerte contra sus respectivas madres; aunado a que el sentenciado le decía que no le creería que y las largarían de sus casas

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